martes, 2 de febrero de 2010

Después de la poesía...

Todos hemos amado, gozado y sufrido por amor; es quizá el momento en que la poesía toca nuestra puerta. Muchos nos aficionamos a la poesía, ya sea la propia o la ajena; intentamos desesperadamente afianzarnos, identificarnos y traducir ese mar de emociones en palabras que hagan justicia a lo que sentimos, pero ¿qué viene después de la poesía?

Una vez cosechadas las lágrimas, los latidos estrepitosos, las carcajadas, los abrazos y demás colecciones pareciera que la poesía abona nuestro corazón para dejar florecer esos restos en algo inmortal. El suspiro hecho palabra.

Después de la tempestad viene la calma, después de la poesía, el sosiego. Cada recuerdo, cada anhelo patrocinado por metáforas precisas, por símiles e hipérboles que dibujan nuestro corazón -a veces herido, a veces satisfecho- dejan en nuestra alma la sensación de haber volado sin despegar del suelo. Así, la poesía se convierte en catalizador de nuestro corazón.

¿Que qué viene después de la poesía? Más poesía, sin duda... acompañada de soledades íntimas y delicadas.

La poesía descubre nuestro interior más oculto, lo exhibe y lo regresa transformado en nostalgia.

Hasta la próxima.

No hay comentarios: